miércoles, 25 de marzo de 2015


5. ISI (Pakistán)
No es un caso frecuente, pero existen algunos países que han vivido siempre entre la espada y la pared. Uno de ellos, Israel, ya lo hemos visto; otro ejemplo bien podría ser Pakistán. Su posición geográfica entre Irán, Afganistán e India hace que sea un pivote regional y un punto de paso obligado para muchas dinámicas de la región. Si a esto le añadimos la enorme enemistad con la India y la capacidad nuclear, sus necesidades estratégicas y de seguridad son enormes.
ISI logo
En 1948 fue creado por tanto el Inter-Service Intelligence o ISI pakistaní, un servicio de inteligencia que sustituía a los servicios de los distintos cuerpos del ejército de cara a tener un servicio unitario y que funcionase bajo directrices del gobierno y no de los militares – aunque en Pakistán esta diferencia no es demasiado palpable –. Sus funciones son las básicas de cualquier servicio secreto, si bien en el caso del servicio pakistaní, las funciones de seguridad interior y exterior están concentradas en el ISI, por lo que desarrolla tanto labores de inteligencia como de contrainteligencia, antiterrorismo y coordinación de mandos y operaciones.

El papel del ISI se empezó a incrementar con la desestabilización de Oriente Medio-Asia Central a partir de la Revolución Iraní y el recrudecimiento de la Guerra Fría. Así Pakistán, aliado por conveniencia – no por convicción – de Estados Unidos, siguió de cerca los sucesos que llevaron al exilio del Sha en Irán en 1979, al igual que colaboró con la CIA en financiar y armar a los talibanes que luchaban en Afganistán contra las tropas soviéticas. Por supuesto que como operaciones propias, la zona de Cachemira, eterna disputa regional, ha sido un foco constante de intentos del servicio secreto pakistaní de desequilibrar la balanza a favor de Islamabad.

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