6. MSS (China)
La proyección del Imperio del Medio ha sido tan rápida que en unas pocas décadas han tenido que renovar muchas estructuras y políticas, tanto internas como exteriores. El desmarque prematuro de China de las dinámicas EEUU-URSS durante la Guerra Fría hizo que las amenazas, al menos militares, se relajasen bastante, y por lo general China tuvo un desarrollo regional tranquilo. Todo eso cambió a partir de los años 80, cuando el régimen de Pekín se propuso hacer despegar al país. Con cifras de crecimiento desorbitadas, China fue adelantando progresivamente a muchos países en su potencial económico y asentó una influencia regional y global creciente. A día de hoy China participa y tiene voz en todo el planeta, especialmente en África y por supuesto, Asia. En el interior, conflictos no resueltos como el del Tíbet o los uigures de Xinjiang resultan a veces un dolor de cabeza para el Partido Comunista Chino; fuera de sus fronteras, la expansión económica y política en África, la tensión en el Mar de China o las relaciones con el grupo BRIC son prioridades absolutas y que precisan de una inteligencia que respalde la política china.
El Ministerio de Seguridad Estatal de la República Popular China (MSS) fue instituido en 1949, en cuanto se proclamó la RPC. Su control, al igual que por ejemplo el ejército chino, depende del Partido Comunista Chino y no del propio Estado. Sus labores se centran en la seguridad de China tanto fuera como dentro de las fronteras del país. Bien es cierto que el MSS no ha tenido operaciones de envergadura similares a las que haya podido hacer la CIA o el Mosad, sino que el modelo chino de inteligencia se centra más en la recopilación de información. Sus redes de espionaje son extensísimas y numerosas, apoyándose en muchos casos en los inmigrantes chinos que existen en los países a espiar. Así, África, Europa o Estados Unidos son puntos clave de la inteligencia de Pekín. Con este último país ha habido bastantes escándalos de espionaje, ya que unas cuantas veces se han destapado redes chinas infiltradas en lo más profundo del entramado político-militar norteamericano. Igualmente, la otra gran baza de la inteligencia china es el ciberespionaje. Esta rama, muy verde todavía en muchos países, es aprovechada por el MSS para lanzar masivos ataques cibernéticos a bases de datos en EEUU, Europa o Australia.
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